Texto: Manel Torralba Foto: Alejandro, El Colo //cc //Flickr
Para mí, Internet ha sido un gran alivio, pues se ha transformado en mí una herramienta indispensable para satisfacer mi afán de conocimiento, ya que permite desde la comodidad de un ordenador o incluso del móvil acceder a una inmensa enciclopedia virtual.
Lástima que lo conocí poco antes de entrar en prisión y no me dio tiempo a utilizar ese gran abanico de posibilidades que ofrece, como contactar con cualquier persona del planeta al instante y no como antes que utilizábamos el correo ordinario que demoraba bastante o incluso no llegaban nunca a su destino y, para colmo, además de económico ya se pueden hacer videoconferencias. ¡Una pasada!
Por lo que estoy impaciente por salir y meterme en un locutorio para poder chatear y conocer gente, hacerme mi propia Web, y hacerme con nuevos amigos.
Dado que a los internos de las prisiones se nos tiene restringido su uso hacia el exterior, pues nos centramos más en consultar nuestros temas favoritos, en mi caso: los temas científicos, sobre el medioambiente, ojear periódicos de Sudamérica, buscar empleo, etc.
Pero, me siento afortunado, tengo unos profesores que me ayudan mucho en saber navegar por el. En las otras prisiones que estuve no existía, por lo que me he perdido muchas oportunidades de aprender cosas que son indispensables.
Por otra parte, entiendo ese tipo de limitaciones, porque por desgracia siempre hay el “listo” que lo usaría para estafar, amenazar, bajarse pornografía, modificar fotos y utilizarlas de forma poco honorable.
Con este prodigio de invento te puede facilitar los negocios y vivir de el, como te puede arruinar la vida e incluso el uso que le des, te puede llevar a convertirte en compañero de celda. Por eso se debe utilizar con conocimiento y sentido común.
Gracias a que soy alumno de Punto Omnia puedo participar en la revista que la clase confecciona con nuestros artículos, poesías o dibujos que en muchos casos, Internet es nuestro aliado y que el profesor si lo cree conveniente, lo “cuelga” en nuestro blog” .
Manel, me encontré con este relato sumido en el aburrimiento de mi día y de un momento a este, esas cosas tan simples, como estar conectado, hiper-conectados, dejan de tener importancia. un correo, un teléfono, ver a quien quieras, de navegar sin rumbo y me encuentro de golpe con otra realidad, de la que no hablamos, y definitivamente no estan en el día a día, gracias por tu texto y a internet, je que si no es por él no te leo. Hasta otra, me iré pasando.
ResponderEliminarJul