Literatura para todos

Texto: Jordi Jiménez Aragón Foto: Square eye//cc/Flickr

Tal vez uno de los pocos privilegios de la prisión es el tiempo. Para muchos, puede que la mayoría, puede llegar a ser un enemigo implacable, que nos combate y nos consume en una lucha en la que generalmente sólo hay un vencedor, el mismo tiempo. Pero también puede ser un aliado. Todo depende del punto de vista y de la actitud interior. Y de la moral, claro.

Es curioso lo de la moral. Que no decaiga, pero… ¿y cuándo decae? Cada preso lucha contra la falta de moral a su manera, y muchos se refugian en la lectura. Algunos tienen la oportunidad de dedicarle un tiempo que la vida en libertad no les había permitido. Otros, al contrario, descubren en prisión el placer de la literatura. La cantidad de libros disponibles no suele ser grande, aunque sí la variedad, por suerte. Pero, claro, cuando la cantidad es escasa uno siempre encuentra a faltar algo…

Otro de los privilegios en prisión es poder acceder a Internet. De acuerdo que su uso está restringido, tanto en el número de usuarios, como en el tiempo o las modalidades de uso. Con todo, sigue siendo un privilegio. Y algunos intentamos aprovecharlo al máximo, sacarle el jugo. ¿Qué pasa cuando a uno le gusta Internet y la literatura? La consecuencia es previsible e inevitable. Uno se pone a buscar libros por la red, a ser posible gratis, ya que no disponemos de tarjeta de crédito para comprarlos, y aunque dispusiéramos de ella, la compra por internet es uno de «esos» usos no autorizados para internos que accedan a la web.

Como iba diciendo, uno se pone a buscar literatura gratuita, se mete en un buscador (no, lo siento, no voy a hacer publicidad de buscadores, que cada uno uso el que más le guste), y encuentra sopotocientas páginas dedicadas al tema. Para perderse, vamos. Pero a veces, sólo a veces, el milagro se produce. Uno entra en una determinada página web y encuentra algo parecido al paraíso. A mi juicio, el paraíso de la literatura gratuita en internet se llama librodot.com. Hay muchos websites dedicados al tema, y casi todos pecan de exceso de publicidad, ser un gancho para tiendas de libros, poca variedad, o un uso demasiado complicado para usuarios a menudo primerizos en esto de internet. Librodot es todo lo contrario. Se pueden comprar libros, cierto, pero tiene una base de datos alucinante, tanto de autores como de obras. Es facilísimo buscar lo que uno encuentra. Podemos olvidarnos de obras cuyos derechos de autor estén en vigor. Que nadie piense en encontrar, gratis, el último de Kent Follett o de Arturo Pérez Reverte. No, no se trata de eso. Pero si uno quiere encontrar lo mejor de la literatura clásica universal, desde Homero y Platón hasta la generación del 98, pasando por lo mejor de la literatura francesa, inglesa, española, estadounidense, rusa, alemana, etc., que no lo dude, librodot es su sitio.

Ya sé que no debería hacer tanta publicidad, pero es que es una auténtica gozada. Miles de obras, perfectamente catalogadas. Cientos de autores de todas las épocas, con reseñas biográficas de todos y cada uno de ellos. Todas las obras en formato “doc” o “pdf”, o ambos, con lo que no es necesario usar ningún programa específico para acceder a ellas. Simplemente, uno se registra (un trámite sencillísimo), y ya puede acceder a lo mejor de la literatura mundial de todas las épocas, salvo la actual, claro. Cierto es que librodot admite donaciones (de alguna manera tendrán que mantenerse), tanto en forma dineraria como de libros donados por usuarios, pero también es cierto que la claridad en la exposición, sencillez de uso, cantidad y variedad de la literatura que se puede encontrar han convertido a librodot.com en mi «biblioteca virtual» preferida.

Y es que, como decía al principio, de alguna manera hay que ocupar el exceso de tiempo. Internet, y sobre todo, librodot.com, permite acceder a todo un universo literario, al alcance de un clic. Merece la pena. De verdad. De la buena.