lunes, 29 de septiembre de 2008

Esos locos bajitos...

Texto: Tony

Foto: emiliaq (cc) flirck

Hoy es uno de esos días en los que uno no deja de pensar en todos esos veranos que se está perdiendo por estar dentro de este sitio.

Recuerdo con cariño y gran añoro, esos veranos donde yo era un niño lleno de inocencia y de ignorancia que corría con su bicicleta por todos los sitios, viviendo la vida despreocupadamente sin más que pensar en salir por la puerta y marcharme con mis amigos, Reyes, Antonia, Gaizka, y Elías.

Jamás olvidaré los miles de momentos que he pasado junto a ellos durante mi infancia, pues recuerdo miles de situaciones y momentos especiales donde todos éramos los niños más puñeteros que andaban por el barrio, porque no inventábamos nada bueno cuando nos juntábamos todos, de hecho, cuando no le hacíamos la vida imposible al gato de la vecina cabreándolo durante un rato, le volatilizábamos las rosas a las otras vecinas con unos mega petardos modelo carpintero, los cuales eran la envidia de todo chaval en la noche de San Juan.

Me encantaba irme al cine a ver una película con mi mejor amiga, la chica de mi mejor amigo, y era el sueño de todo chiquillo en aquellos años, pues era muy famosa por ser la chica más guapa del barrio, y para mi aparte de ser mi mejor amiga, también era la inalcanzable chica de mis sueños, aunque jamás le confesé mis sentimientos hacia a ella, supongo que no tuve valor de hacerlo porque tenía miedo al rechazo y a perderla.

Hace cuatro años paré con un amigo a comer en un bar de carretera, y mientras el camarero nos puso unas tapas de tortilla y algo de beber, pues me di la vuelta, y la reconocí de inmediato, ya que a pesar de los años que habían trascurrido, seguía siendo tan bonita como yo la recordaba.

Me acerque a su mesa, y la mire sin decirla nada esperando que ella me reconociese, y efectivamente ella no me reconoció en absoluto, pero rápidamente le dije cuatro palabras y nos dimos un abrazo que no podre olvidar en toda mi vida. Estuvimos hablando durante horas y horas hasta que me tuve que ir por motivos laborales, y quedamos en vernos en la tienda donde ella trabajaba como dependienta, pero no pudo ser por las circunstancias que ahora me encuentro..

Luego, a medida que uno se hace adulto, ya no aprecias esas pequeñas sensaciones de libertad o de nostalgia que uno siente: cuando simplemente paseas por la orilla del mar, de madrugada, en pleno verano pensando en tus cosas o simplemente disfrutando del calor del agua, del mar acariciando tus pies mientras escuchas el batir de las olas rompiendo suavemente la playa.

Yo siempre que he podido he cogido el coche y me he desplazado lejos de todo el mundo solo, para poder disfrutar del placer de la soledad y la meditación, a la orilla del mar, intentando pensar sobre la trayectoria de mi vida y a veces ilusionándome con un futuro más prometedor y con conseguir hacer mis sueños realidad.

Ojala, pudiera volver a esos años y seguir con aquellos amigos que tanto significaron para mí, pues en el fondo, las personas, casi todas cambian; aunque otras como yo no cambiamos nunca y jamás olvidamos a los buenos amigos de la infancia, y cuando nos reencontramos con alguno, o no te conoce o simplemente ya no es la persona con la que tu compartías tu trozo de chocolate y tu trozo de pan sentados en el portal de tu casa después de una larga tarde jugando al escondite o a la pelota.

Cuando salga de este sitio, pues me daré una vuelta por el barrio donde ellos solían estar, pues quizás, encuentre a alguno de ellos y pueda reírme con él o ella, de miles de recuerdos de esa infancia tan bonita que tuve cuando era pequeño.

Deseo deciros, que hoy en día la única forma que tienes de aislarte de todo, es encerrándote en ti mismo, sin permitir que nadie te quite ese momento de privacidad y tranquilidad temporal que te proporciona el cerrar la puerta de tu espacio en casa y perderte en la lectura de un buen libro o simplemente escuchar unas sesiones de la mejor música de fondo mientras escribes lo que sientes delante de un ordenador y lo compartes con un montón de gente muy guapa en todo el mundo como vosotros que siempre estáis ahí para leer todo lo que siento y deseo compartir, porque os necesito.

Hoy en día, puedo decir que tengo amigos de verdad, que me aprecian tal y como soy, y que les importo de verdad, pues los he conocido dentro de este sitio, y la verdad es que no me lo esperaba, he aprendido mucho de ellos, y ojala, no los pierda como a los de mi infancia, pues significan mucho para mí, y los quiero mucho.

Un millón de abrazos de mi corazón al vuestro, llenos de cariño, respeto, y amistad.

Siempre con vosotros.

Toni.

Gracias a Rosita,Monica,Roser,Juanjo,Joel,Alberto,Muni, Álvaro, Silvia, Juanma, José Antonio y Alba.

1 comentario:

  1. Hola Tony!
    Bueno, empezaré por insistir en que cada vez hay más calidad en este blog, y ahora que estoy en otra escuela, os puedo asegurar lo agradable que es ir leyendo vuestros escritos, y poder seguir unida un poquito a vosotros.

    Me alegro que recuerdes con alegría tus años de infancia! Desgraciadamente hay un número importante de niños y niñas que no están siendo felices, y que están sufriendo o viviendo como adultos prematuros; no sólo en otros lugares del mundo, sino que muchas veces los tenemos muy cerca de nosotros/as.

    Pero ahora no toca hacer una reivindicación, sino que tu escrito invita a una dulce nostalgia también para mi, cuando me podía pasar horas mejorando mi técnica del yo-yo.

    Ahora, por la parte que me toca, te diré que intento que mis alumnos/as de 6 años, sean durante seis horas simplemente niños y niñas, y que me sonrían al llegar y al salir…

    Mònica

    ResponderEliminar

tu comentario se publicará a la brevedad, gracias por colaborar.