martes, 11 de marzo de 2008

Ya he votado…



Texto: Usuario Òmnia Foto:júbilo·haku//(cc) Flickr
Pues sí, he podido ejercer mi derecho de voto por correo desde intramuros; pero, me ha quedado mal sabor de boca. Sabía que me ocurriría esto, pero lo que quería era votar y que al menos no me sentara mal el plato.

La sorpresa fue encontrar una treintena de papeletas de partidos políticos para elegir, de los cuales los medios de comunicación nos han presentado cuatro o cinco. He visto que existe desde un Partido Humanista hasta dos formaciones de la Falange Española por citar alguno, pero desconozco los programas y la visión política de la gran mayoría de todos ellos. Me pregunto porqué no he podido conocerlos. Quizá la respuesta esté en que no han encontrado el modo de darse a conocer, en que no hayan tenido recursos.

Quizá la respuesta esté en un sistema formado por un poder ejecutivo, legislativo y judicial que están sometidos al poder económico y en el que también participan los medios de comunicación. Toda una vorágine de intereses que con sus tentáculos abarca todas las posibilidades. Qué partido o qué político va al alza, quién lo decide, quién decide cuántos segundos le corresponde por televisión, ¿Sistema democrático? Cada vez nos acercamos más al bipartidismo o mejor dicho una “crisis de representatividad”, esto lo entendemos como una base para enquistar el poder en unos pocos y siempre los mismos.

¿Dónde esta la solución? La población esta adormilada, recibiendo la papilla informativa de los medios, dos debates bipersonales no dan cabida a más ideologías. Pero nada funciona de manera tan perversa, el sistema se aprovecha de la falta de voluntad e interés, aprovecha la anestesia y el desinterés. Los temas más preocupantes son el terrorismo o los inmigrantes, y que pasa con la identidad y configuración real de cada uno respecto a la sociedad. Cito a Guillermo Sullings, que comenta lo siguiente y nos da para pensar.

"Cuando no existe una polea de transmisión las minorías activas se terminan aislando y desde su espacio de poder miran al resto de la sociedad como un sujeto pasivo sin intencionalidad, justificando íntimamente su emplazamiento por la inacción de la mayoría, y este mecanismo suele darse no solamente en las minorías que buscan poder y dinero a expensas de los demás, sino que también opera tal mecanismo entre los que supuestamente buscan el bien común, y al quedar aislados terminan haciendo las cosas a su modo, sin consensuarlas"

Con esta reflexión algo del mal sabor de boca me he sacado. ¿Y qué opinas tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

tu comentario se publicará a la brevedad, gracias por colaborar.