martes, 7 de octubre de 2008

Mi padre, mi madre, mis hermanas, mis hermanos, mi perro, el talbot y yo

Texto: Tony Foto: Em.emm cc


Cuando yo tenía la edad de 4 añitos, recuerdo con cariño, los largos viajes que mis 7 hermanos y yo hacíamos acompañando a mis padres por toda España buscando trabajo noche y día, prácticamente sin descanso las 24 horas.


Solo parábamos para descansar una o dos horas; ya que mis padres necesitaban urgentemente tener un trabajo para poder mantenernos a los ocho hermanos, 4 chicas y 4 chicos.

La mayoría del tiempo la pasábamos en el interior del coche de mis padres, un “Talbot”, modelo horizón, con un motor de 1.5 centímetros cúbicos y os puedo decir que aquel coche era una pedazo de joya en esos años. Mí padre lo compro en el año 1979, y lo tuvo un buen puñado de años aguantando como un pedazo de campeón.


Yo me sorprendo del valor que tuvieron mis padres, al tomar la decisión de coger a todos sus hijos y meterlos en un coche de 5 plazas enganchar un remolque detrás y ponerle unas bacas en el techo para las maletas y por si fuera poco, el perro entre las piernas de mi madre en el asiento del copiloto.


La verdad que recorrimos toda España trabajando de todo lo que salía, ya que en la situación en la que nos encontrábamos, no nos podíamos permitir escoger un mejor trabajo; 8 bocas que alimentar eran una realidad cada vez que el buenazo de mi padre miraba por el espejo retrovisor del ángulo muerto y nos miraba con cara de agobio y preocupación por no saber cómo se lo montaría para que nonos faltase de nada en ese día.


Lo más bonito que yo recuerdo de todas esas vivencias con mi familia, en la carretera, en esos años. Eran todos los maravillosos sitios que pude conocer, porque realmente conocí sitios increíblemente extraños para mí, y bellos al mismo tiempo, donde sólo el hecho de estar ahí disfrutando de ese pequeño instante, observando los valles de Granada, las sierras de cualquier parte de Extremadura, o el desierto de Almería donde se rodaron miles de películas del oeste. Valía la pena el palizón de horas dentro de ese coche.


No todo fueron buenas vivencias en la carretera, pues creo que he perdido la cuenta de las veces que nos toco a toda la familia empujar el coche durante kilómetros por que se nos había quedado sin gasolina por esas carreteras de Dios, y encima a oscuras, hasta encontrar una pequeña zona de descanso y quedarnos mi madre y hermanos. Días enteros viviendo en el coche, mientras mi padre se marchaba para buscar un trabajo y llegar con combustible y mucha comida y todo tipo de productos básicos para poder vivir todos en unas condiciones acordes con la situación en la que nos encontrábamos.


Como os he dicho, sólo era un niño en aquellos años; pero aprendí muy pronto, lo que significaba buscarse la vida legalmente, y también buscársela no tan legalmente, con eso me refiero, a que yo concretamente, no me ponía ni colorado en chorizarle al payes más bravo y peleón, sus mejores y más preciosas sandias, melones, naranjas, y en función del hambre que yo y mis hermanos teníamos, también me inspiraba y caía algún que otro conejo y perdiz ajena, por la cual era correspondientemente castigado por mi padre con una sobanda de colle jones tremendo; pero que después merecían la pena, más que nada, porque todo el mundo dormíamos con el estomago bien lleno y yo encima con el culete y el cuello bien calientes para el resto de la noche, pero que me quiten lo bailado con todos mis respetos hacia los payeses y pidiéndoles perdón por si todavía se acuerdan de mi.


Hubo una buena temporada, donde gracias al trabajo que mi padre realizo durante un año vendiendo baterías de cocina de la marca Monix a domicilio, pues pudimos dormir en habitaciones de hostales de carretera, y también pudimos comprarnos un pequeño remolque para ir un poco más desahogados dentro del coche toda la familia, porque a pesar de que la higiene se mantenía a diario, el coche no era una caravana lógicamente, por lo que nos teníamos que mantener en unas condiciones mínimamente decentes para poder convivir en esos escasos centímetros.


Bueno, mis peores recuerdos fueron ver a mis padres llorar a escondidas de nosotros por no poder darnos una vida mejor, y tener que dormir todos los hermanos dentro del coche con los asientos traseros echados hacia adelante ocupando el espacio del conductor y el copiloto por completo en una noche de terrible frio, mientras mis padres dormían en un saco de dormir pegados los dos a los bajos del coche y tapados por unos cartones.


La verdad, es que jamás podre olvidar esos recuerdos, pues me enseñaron mucho de lo que era ganarse la vida y tirar una familia adelante con 8 bocas que alimentar.


Yo siempre les doy las gracias a mis padres por haberme enseñado a valorar las cosas en la vida en todos los sentidos, y siempre les estaré inmensamente agradecido de todo corazón por todo lo que me han dado, pues a ellos les debo todo.


Después de unos años de viajar de un lado al otro de nuestro precioso país trabajando, pues las cosas cambiaron, ya que conseguimos tener varios negocios propios en el ámbito de la hostelería, y todo nos fue de maravilla en Cataluña, donde nos asentamos para no movernos más.


Mi padre, hombre sabio donde los allá; el puñetero, bajo mi concepto y un pedazo de lince para los negocios según el bueno de mi abuelo, vendió a un señor el coche al que yo tanto quería y con el que mi padre me introdujo la vena del motor y los kilómetros en mi corazón sin que yo lo supiese, ya que yo me pasaba horas limpiando el coche de mi padre todos los domingos detrás del restaurante que entonces regentaban mis padres en Cambrils Bahía. Soñaba despierto, sentado en el asiento del conductor, con hacerme mayor y coger el talbot horizon y presumir delante de mi tropilla de amigos, los cuales, nos dábamos de estacazos cada vez que discutíamos sobre cuál era el padre más fuerte, guapo, listo, etc.….


Bueno, en resumidas cuentas, que mi padre le vendió el coche a una persona que al cabo de un mes de tenerlo, lo desintegro contra un muro por ir completamente bebido.


Cuando vi el coche por casualidad en el recinto de unos amigos de mi padre, pues no pude evitar sentir una inmensa tristeza al ver su estado, y tampoco pude evitar llorar, pues mi sueño según lo entendía en esa época de mi infancia se había esfumado junto con los miles de recuerdos de esos miles de kilómetros en familia.


A la edad de 12 años aprendí a conducir, y a los 18, tuve mi primer coche, y como yo también soy duro de cabeza, pues conseguí, que mi primer coche fuese un Talbot- horizón g.l 1.9 diesel y del mismo color rojo que el de mi padre, pues cumplí mi primer sueño, y el que más me marco.


Jamás olvidare ese coche y esos kilómetros.


Un fuerte abrazo para todos vosotros que siempre estáis hay para leer nuestros sentimientos.


4 comentarios:

  1. Qué bueno el post...!! Me ha gustado mucho, sobre todo el título. Recuerda a esa peli de "el cocinero, el ladrón, su mujer y su amante"...
    me has hecho recordar el 1430 supermirafiori (creo que se era así) que tuvo mi padre allá por mediados los 70. Recuerdo aquellas vacaciones en un pueblo de León y cómo salíamos a ver llegar el coche por la carretera general cuando llegaba el fin de semana y mi padre venía de visita... Cuando se iba le perseguíamos en bicicleta por la carretera general hasta que aceleraba y nos dejaba exhaustos en la primera cuesta... qué tiempos, eh? En mi casa las cosas iban un poco mejor que en la tuya por que teníamos una casa, pero probablemente menos amor que el que recibías tú en un talbot horizon... En fin, la vida tiene estas cosas. Saludos y hasta la próxima!

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  2. Felicidades por el escrito...me ha gustado, he viajado en el pasado conectando tambien com mis recuerdos de infancia, compartiendo momentos de todos colores en los coches, un miembro más de la familia....te animo que escribas, que sigas escribiendo a partir de tus recuerdos, sentimientos...a ver que va saliendo!!!!Un placer....Ànims, records i salut per a tots!!!

    ALBA

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  3. Hola Alba, me alegro mucho de recibir tu correo, pues la verdad que no me lo esperaba. Muchas gracias.
    Me han dicho, que tu vida profesional te va muy bien,y que estas hecha toda una madraza de tus niños en tu clase.
    Te echamos mucho de menos todos tus alumnos. Un fuerte abrazo de todo corazón para ti y la Monica de Juanjo, Luismi, Mamerto, los dos Javis, Toni y del niño "Alberto" que ya esta disfrutando de su vida. Besos Toni.

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  4. Hola querido amigo o amiga. El Seat super mirafiori, siempre será el buque insignia del modelo 1430, y marcó un antes y un después en aquellos años, por que fue y siempre será un pedazo de cochazo mires por donde lo mires ya que todas las familias de clase media alta, tenían ese modelo en sus garajes, el cual se distinguia por ese pedazo de morro bifaro y abultado capot donde escondía ese pedazo de culata. Recibe un fuerte abrazo con todo mi respeto.
    Toni

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